A menudo dejado hacia atrás, y tomando un rol regional secundario en comparación con los gigantes Brasil y Argentina que lo rodean, Uruguay está listo para recibir muy bien y sorprender a aquellos que decidan huir de lugares más comunes. El segundo país más pequeño de América del Sur (solamente mayor que Surinam) es también el tercer menos poblado del continente. Es posible, de hecho, que estos factores contribuyan a que este país sea considerado el más pacífico, más transparente y menos corrupto de la región.
Con más de la mitad de su población viviendo en la zona de la capital, Montevideo, Uruguay es un país de grandes extensiones rurales salpicadas por pequeños pueblos. Montevideo es, de hecho, la principal puerta de entrada al país, gracias a su aeropuerto internacional, conectado a varios destinos en los países vecinos y algunos en América del Norte y Europa, y a la terminal fluvial, que ofrece múltiples partidas diarias para la cercana capital argentina, Buenos Aires, ubicada a poco más de 2 horas de distancia. La capital tiene mucho que ofrecer a sus visitantes; su centro histórico y las avenidas que bordean el Río de la Plata, llamadas ramblas, son algunas de las atracciones principales.
A unos 180km al oeste de Montevideo está Colonia del Sacramento, el primer asentamiento europeo en el actual territorio de Uruguay. Este es un lugar maravilloso para relajarse en medio de las calles históricas, declaradas por la UNESCO como patrimonio de la humanidad, y caminar casualmente por las orillas del Río de la Plata. Buenos Aires se encuentra tan cerca, al otro lado del río, que es posible, en un día de cielo abierto, ver los rascacielos más altos de la capital argentina.
Siguiendo hacia el norte de Colonia del Sacramento, a lo largo de la extensión del Río Uruguay, en la frontera con Argentina, y a continuación hacia el este, a lo largo de la frontera con el estado brasileño de Rio Grande do Sul, el paisaje toma un aire bucólico. La agricultura y la ganadería son los motores de esa región del Uruguay, que tiene en las ciudades de Paysandú, Salto, Artigas, Rivera, Tacuarembó y Melo sus principales centros.
Volviendo a la costa, esta vez en el Océano Atlántico, Uruguay sorprende otra vez con destinos como la Fortaleza de Santa Teresa, cerca de Chuy, en la frontera con Brasil, el pueblo pesquero de Punta del Diablo, y la reserva natural de Cabo Polonio. La costa atlántica es también el hogar de varios faros, que ayudan a tornar el paisaje más hermoso.
El encuentro teórico entre el Océano Atlántico y el Río de la Plata abriga la ciudad turística de Punta del Este. Considerado el balneario más movido de Uruguay y uno de los más famosos de América del Sur, Punta del Este hierve durante el mes de enero, cuando parte del jet-set argentino y brasileño decide aparecer aquí. Desde Punta del Este son sólo 150km de vuelta a Montevideo.
Este es un país tan seguro como el continente llega a ser y, en gran parte inexplorado por el turismo masivo, sigue siendo tranquilo y relativamente barato. Con las excepciones obvias de Punta del Este durante la temporada de verano, Colonia del Sacramento en los fines de semana y partes de la capital, es muy probable que sea el único turista recorriendo los alrededores: otra razón para venir y descubrir lo que Uruguay tiene para ofrecer.
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