Situado en el noroeste de América del Sur, entre Perú y Colombia, muchos creen que el verdadero y único atractivo de Ecuador son las Islas Galápagos. Si bien es cierto que este archipiélago, situado a unos 1.000 kilómetros de la costa ecuatoriana, atrae, con razón, a los amantes de la vida silvestre, asegúrese de tener en cuenta que este país tiene mucho más que ofrecer a los que se dedican a recorrerlo.
Los centros históricos de la capital Quito, y de la tercera ciudad más grande del país, Cuenca, son Patrimonios de la Humanidad declarados por la UNESCO. Sus bellas y ricas iglesias, mansiones y plazas son un testimonio del pasado colonial de Ecuador. Entre estas dos ciudades, la geografía montañosa de los Andes ofrece algunos de los paisajes naturales más bellos del país. La "Avenida de los Volcanes", entre Quito y Riobamba, permite contemplar una serie de picos nevados, entre los que destacan el cono casi perfecto del Cotopaxi y el volcán Chimborazo, cuya cima a 6.263m de altitud no es sólo la más alta del Ecuador, pero también el punto de la superficie terrestre más alejado del centro del planeta.
Además de cráteres volcánicos, la región andina del país también es rica en hallazgos arqueológicos, restos de la época en que los incas y sus predecesores, como los Cañari, triunfaron en estas tierras. Este patrimonio se mantiene vivo hoy en día a través de la ropa colorida y del idioma hablado por muchas personas, especialmente en los pequeños pueblos de la zona.
Dejando los Andes hacia la selva, la ciudad de Baños se ha convertido en un importante destino para el turismo de aventura en Ecuador. Rafting, canyoning, bungee jumping y cabalgatas son sólo algunas de las opciones disponibles para aquellos que pasan algún tiempo en el lugar, quizás antes de ingresar a la Amazonía. Allí, siguiendo senderos o navegando en pequeñas embarcaciones, se puede observar monos, aves, serpientes y cocodrilos.
Al otro lado de la cordillera, la mayor ciudad del país, Guayaquil, es la principal puerta de entrada a la costa ecuatoriana. Playa, surf y buena comida son una invitación especial para disfrutar de esta zona de marcada presencia africana.
Ahora, por supuesto, si todo esto no es suficiente para convencerle a venir y conocer el resto del país, no hay razón para preocuparse. Las islas Galápagos seguirán siempre ahí como una irresistible invitación a que todos vengan al menos una vez en la vida conocer esta maravilla de un país llamado Ecuador.
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