Puno es una de las ciudades más grandes del altiplano peruano, con una población estimada en unos 150.000 habitantes. Si bien es cierto que Puno está lejos de ser la ciudad más bella de Perú, su ubicación en las orillas del lago Titicaca y cerca de la frontera con Bolivia, hace que sea uno de los destinos más visitados del país.
La ciudad de Puno se encuentra a una altitud de aproximadamente 3.820m. Por esta razón, su clima es mucho más frío de lo que cabría esperar de un lugar en esta latitud. De hecho, es muy común que las noches y las mañanas de invierno presenten temperaturas negativas, aunque el clima sea generalmente bastante seco (excepto entre diciembre y febrero) y los efectos de la exposición al sol sean intensos. A aquellos recién llegados desde el nivel del mar, por cierto, les puede resultar una buena idea reducir el ritmo durante los primeros 2 o 3 días en el altiplano, a fin de permitir la aclimatación.
Debido a la escasez relativa de lugares de interés dentro de los límites de la ciudad, su tiempo será posiblemente mejor aprovechado usando Puno como base de alojamiento y saliendo a los alrededores durante el día. Los interesados en la historia de las civilizaciones preincaicas probablemente estarían interesados en conocer Sillustani. Este es un pequeño sitio arqueológico a cerca de 35km de Puno, donde se puede observar una serie de tumbas en forma de conos invertidos construidos por la cultura Kolla (1200-1450dC).
La gran mayoría de los visitantes de Puno, sin embargo, prefiere utilizar la ciudad como base para explorar el vecino Lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo. Una vez en la ciudad, es bastante fácil organizar una visita a las islas del lago. Estos recorridos suelen tener una duración variable que va desde medio a dos días, aunque también son posibles programas más largos. Los destinos más codiciados de estas rutas son las islas de los Uros, la Isla Taquile y la Isla Amantaní.
Las islas flotantes de los Uros son un conjunto de islas artificiales hechas de totora (una planta acuática nativa de la zona Titicaca), por lo general cerca de la costa de Puno. Los Uros, quienes habitan estas islas, son descendientes de un pueblo que vive en esta región desde tiempos antiguos y todavía subsiste de actividades relacionadas con el lago, sobretodo dando varios usos para la totora. Esta, además de utilizarse para construir y renovar las propias islas, es utilizada en la construcción de casas y artesanías. Las islas de Amantaní y Taquile son las más grandes en el lado peruano del lago, con una superficie de 9,3 y 5,7km² respectivamente, y situadas a unos 35 y 40km de Puno. Ambas islas permiten el contacto cercano con la gente local, que sigue dependiendo básicamente de la actividad agrícola y, en los últimos tiempos, de las ganancias originadas por el turismo. Taquile es un poco más visitada que Amantaní, aunque ambas islas todavía no tengan coches y la electricidad aún no se haya generalizado entre sus habitantes. Las islas flotantes de los Uros se encuentran a unos 20 a 30 minutos de navegación desde el muelle de Puno, mientras Taquile está a alrededor de 2h30 de distancia. Debido a la programación de los barcos, una visita a Amantaní por lo general implica pasar una noche con una familia local (además, hay 2 pequeños albergues y una villa en la isla); la isla está ubicada a aproximadamente 3h de Puno y 1h de Taquile.
El aeropuerto comercial más cercano está en la ciudad de Juliaca, a unos 50km de Puno. Esta es la ciudad más grande de la región, aunque turísticamente irrelevante. Desde Puno también se puede tomar un tren a Cusco, cerca del Valle Sagrado de los Incas, que sale 3 o 4 veces a la semana. Además, también hay autobuses que conectan Puno con las ciudades de Cusco (390km en 6h), Arequipa (310km en 5h), Lima (1.310km en 20h) y La Paz (260km en 5h), en Bolivia.
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