Más de 4.200km separan los extremos sur y norte de Chile, mientras que la distancia de este a oeste de su territorio no suele superar los 200km. Esta peculiar característica hace que Chile sea considerado el país “más angosto" del mundo y es la principal responsable de la presencia en este país de tantos paisajes contrastantes.
Alrededor de un tercio de la población nacional vive en la región metropolitana de Santiago, la capital. Esta es también la principal puerta de entrada para los visitantes de Chile y una buena introducción para aquellos que vienen al país por primera vez. Santiago tiene uno de los más altos niveles de desarrollo y calidad de vida entre las capitales y grandes ciudades de América Latina, tiene un buen número de museos, restaurantes, centros comerciales y suficientes opciones de alojamiento para satisfacer a los gustos más diversos. La capital nacional no es, sin embargo, la razón principal por la que la gran mayoría de los turistas visitan este país. De hecho, hay pocas ciudades chilenas realmente atractivas por sí mismas. El gran encanto de este maravilloso país no está en la escena urbana, pero en los rincones más aislados, en los que el contacto con la naturaleza se hace más presente.
Sin embargo, antes de salir de la región central del país, donde está Santiago, vale la pena invertir algo de tiempo para descubrir parte de los aspectos más destacados de la vecindad, comenzando precisamente por una de esas pocas ciudades que realmente valen la pena explorar. Valparaíso está a unos 120km de la capital, los cuales están cubiertos por una excelente autopista y servidos por autobuses que salen prácticamente a cada 5 minutos durante el día. Valparaíso es una ciudad portuaria, construida en torno a una hermosa bahía y que se extiende sobre 42 colinas, algunas de las cuales de visita obligatoria ya que permiten observar algo de la arquitectura local del siglo XIX y ofrecen espléndidas vistas al mar. La cercana ciudad de Viña del Mar es el balneario más concurrido del país durante el verano pero aún así un buen lugar para relajarse por el Pacífico. Situado en la carretera entre Viña del Mar o Valparaíso y Santiago, el Valle de Casablanca es una de las regiones vinícolas más respetadas en el país y muchas de sus bodegas estarán encantadas de ofrecer un recorrido o simplemente una degustación de algunos de los excelentes vinos blancos producidos allí. Durante los meses de invierno, de junio a mediados de septiembre, algunas de las mejores estaciones de esquí del hemisferio sur, como Valle Nevado y Portillo, son muy visitadas desde la capital.
Después de haber completado sus objetivos en el centro del país, es el momento de elegir en qué dirección seguir. Dadas las características geográficas de Chile, afortunadamente, la decisión es bastante simple y fundamentalmente restringida a elegir seguir hacia el norte o hacia el sur. Esa decisión simple, sin embargo, tendrá un gran impacto en lo que se experimentará a partir de ese momento. Considerando que la elección sea comenzar por el norte, se encontrará con tierras cada vez más áridas, a partir de la zona cercana a La Serena y al Valle del Elqui, responsable de la producción de algunos de los mejores piscos del mercado, y siguiendo luego hasta los principios del deserto cerca de Copiapó y el propio desierto de Atacama, ya próximo a Antofagasta, la ciudad más grande del norte de Chile. El Norte tiene algunas de las mejores playas del país, aunque el agua del mar podría ser en el mejor de los casos tibia, y paisajes desérticos impresionantes, especialmente en los alrededores de San Pedro de Atacama. Esta pequeña ciudad se ha convertido, en las últimas décadas, en uno de los principales destinos turísticos de América del Sur y es una muy buena base para explorar los salares, géiseres, lagos, volcanes y observatorios astronómicos de la región; San Pedro es un lugar interesante para pasar unos días o más de una semana. Aun en el norte, la ciudad de Iquique también es un punto de partida interesante para explorar un conjunto complementario de atractivos, ya que algunos de los mayores geoglífos en el mundo y las ruinas de antiguas ciudades centradas en la producción de salitre se encuentran a corta distancia. Tanto las ciudades de Antofagasta, como Iquique y Calama (ubicada a 100km de San Pedro) se conectan a Santiago por vía aérea.
El paisaje cambia completamente siguiendo hacia el sur del país. Dejando Santiago, uno comienza a darse cuenta de que la vegetación se vuelve gradualmente más verde y exuberante, en la medida en que se aleja de la capital. En el camino a Concepción, la ciudad más grande del sur, son varias las regiones productoras de vino, tales como los valles del Maipo y del Colchagua, y existen bellos parques nacionales como el Radal Siete Tazas, cerca de Curicó, y Altos de Lircay, vecino a Talca. Al acercarse a Concepción también se avecina al centro de esquí Nevados de Chillán, uno de los mejores en el país. Continuando hacia el sur se llega a una hermosa región llena de lagos y volcanes, entre los que se destacan el dúo formado por el Lago y el Volcán Villarrica, cerca de Pucón, y el lago Llanquihue y el Volcán Osorno, vecino a Puerto Varas. Pucón es uno de los mejores lugares en todo Chile para los amantes de las actividades al aire libre, ofreciendo programas de rafting, paseos a caballo, canopy y escalada, así como varias termas y una de las estaciones de esquí más conocidas en el país. Puerto Varas, por el contrario, es un lugar más tranquilo y quizás más romántico en una zona de fuerte influencia alemana. Entre Pucón y Puerto Varas, la ciudad de Valdivia tiene su encanto y merece un desvío en el camino siempre y cuando haya tiempo disponible. La isla de Chiloé, cerca de Puerto Varas, es visitada a menudo en excursiones de día completo, pero puede merecer más atención gracias a su cultura y naturaleza. Puerto Montt, cerca de Puerto Varas, Castro, en la isla de Chiloé, Valdivia y Temuco, a 100km de Pucón, ofrecen conexiones aéreas frecuentes a la capital, Santiago.
Al sur de Puerto Montt comienza la Patagonia chilena, una zona bastante más compleja de ser explorada, pero que aun así, y tal vez debido a esto, merezca un lugar prominente en el itinerario. La Carretera Austral, una carretera con cerca de 1.600km de longitud entre Puerto Montt y Villa O'Higgins, es una gran manera de descubrir esta región, tomándose el tiempo necesario para conocer algunos de los glaciares, fiordos y lagos a lo largo del camino – tomar una barco aquí y allá para seguir la exploración por el mar no es mala idea. Villa O'Higgins es literalmente el final de la línea del recorrido por carretera en territorio chileno, aunque el país todavía se extienda mucho más lejos hacia el sur. La única manera de llegar allá, sin embargo, es manejando a través de Argentina, o volando desde Santiago o Puerto Montt a la ciudad de Punta Arenas (también se puede tomar un barco y navegar durante 4 días desde Puerto Montt). Punta Arenas es la ciudad más grande de la Patagonia y una de las ciudades más australes del mundo, pero lo más destacado de la zona se encuentra un poco más al norte: el Parque Nacional Torres del Paine, cerca de la ciudad de Puerto Natales, es considerado uno de los escenarios naturales más bellos en el mundo.
Chile es, en general, un país seguro para los estándares de América Latina, y ofrece una buena infraestructura de transporte. Las carreteras, a menudo con cobro de peaje, en general están bien mantenidas y varios de los principales segmentos están cubiertos por autopistas. Incluso en la capital, Santiago, hay un cobro por moverse por las vías rápidas (que puede ser una cantidad fija diaria para los coches no registrados en el sistema local, o variar de acuerdo a la distancia recorrida para los otros). Autobuses relativamente frecuentes y de buena calidad conectan las principales ciudades del país. El avión también cubre las distancias más largas del país, conectando, por ejemplo, el continente con la Isla de Pascua. Es posible, además, recorrer algunos tramos utilizando la red ferroviaria del país, especialmente entre Santiago y Chillán, aunque el transporte por trenes es generalmente más lento y un poco más caro que por buses.
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